Antes de que cuente diez

Antes de que cuente diez ya te has ido. Pero al abrir la puerta me pareció que no había pasado el tiempo, que eras el mismo de siempre, que nada había pasado, que todavía ayer eras el que dormía conmigo. Y sin embargo, no eras nada de eso. Eras que el que llamó mucho tiempo después para decirme que todavía me querías.
Y me hiciste la declaración más bonita que se puede imaginar, lo que me encantaría escuchar cada día… pero no llegaste a tiempo. No porque te odie o porque te guarde rencor sino porque saliste de mi vida y terminé de barrer el aire que dejaste.
Yo no tengo tantos castillos como tú, no tengo a nadie que me espere cuando llegue a casa. No tengo tantas ideas ni ganas para luchar. Ya no te quiero por lo que eres, pero sí por lo que fuiste. Te di una vida y perdí la cuenta de las que me quedan.
Dices que no puedes escuchar nada que te hiera. Yo tampoco sé si puedo. Me pregunto si quitaste mi foto y pusiste la suya. Dices que me quieres mientras te vas de la mano con ella. No sé si es justo para alguien, no sé ni siquiera si es verdad. Siempre seré tu pepito grillo, tu enana, tu patito y quizá tu amor platónico. Pero no soy esa persona que te espera al final del camino y eso lo decidimos los dos, porque ambos tuvimos la culpa.
Quizá no comamos espaguetis como la Vaga y el Vagabundo, no haya más pescado crudo, no haya más cosquillas, no tengamos otra conversación seria o no leas ese libro. Quizá ahora me olvides pronto, pases esa página que aunque crees que yo ya pasé, la rompí y volví a pegar para poder leerla otra vez.
Ya pude tirar a la basura ese maldito diario. Ya desechamos ese viejo mail. Ya lloramos y nos despedimos otra vez. Ahora mi guitarra quizá pueda dejar de tocar canciones tristes para cantarlas agridulces.

no volveré a quererte tanto
no volveré a dejarte de querer