30 octubre 2009

postdata

Mientras me acariciaba en su regazo preguntó si le podía regalar uno de mis rizos...
- Bueno - contesté mirando al techo- mientras no sea mi preferido, me da igual. Porque... ¿sabes? no sería justo que te regalase mi preferido. Eso sería darte una de las pocas cosas de mí que me quedan por dejarte. Y no sería nada justo. Porque el día que te fueses de mi vida podrían ocurrir dos cosas: o bien te lo llevarías echándolo mucho de menos, o bien dejaría de ser el mismo porque me recordaría a tí, dejando de ser mi bucle predilecto entre el resto de sus semejantes.
Búscate otro, por favor para que cuando me dejes, sólo te olvide con cortarlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario