Para nada importaba que el despertador sonara a las 7 de la mañana
si cada día me habeis regalado una nueva lección de vida.
Porque los silencios con vosotros son cómodos.
Porque si he llegado triste
me habeis pintado una gran sonrisa.
Porque siempre me esperaba un abrazo
o una mirada.
Porque lo más sencillo y banal
ha sido la mejor aventura.
Porque me he sentido una más.
Ha sido...
demasiado corto para el corazón.
Puedes visitarlas siempre que quieras
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