08 abril 2010

primavera III


-¿Cómo te va todo, pequeño?- pregunta mientras se recuesta sobre su hombro.
- Bien enana. ¿Y a ti? ¿Alguna cara que romper?
- No -
tuerce el gesto en un intento de sonreír- Nada que merezca la pena.
- Te tengo dicho que eres demasiado buena-
le reprocha cariñosamente con tono de hermano protector mientras se acomoda a su respiración.


Y pasarían los años pero siempre se repetía la misma escena en ese viejo sofá. Raúl siempre sería igual de bruto pero amoroso. Carol siempre creyó que él se moría de ganas por partirle la cara a alguien por ella. Era su forma de decirle que la quería a rabiar. Y entonces Carol sonreía infinitamente. Pasaría el tiempo, pero siempre se querrían lo mismo o más. Pasarían los escenarios, las gentes, pero siempre estaba su hombro para recordarle que ahí estaba a salvo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario