24 mayo 2010

Estocástica


Es terrible usar las matemáticas para calcular el aumento exponencial de las ojeras en referencia a las horas de sueño reparador. Calcular el tipo de problema multiplicativo que implica la soledad y las variables didácticas que podría gestionarme en mi vida. Podría también hallar la cantidad de miedo al cambio o seguir dejando la incógnita en los posibles problemas que inunden mi existencia. Incluso podría hacer una tabla relacionando nuestras cosas en común, mis pecas con tus lunares, tus risas con mis rizos. No me divido en dos, me doblo. No te engaño, se me olvidó hallar la raiz cuadrada de lo que nunca entendí y en la calculadora solo aparece error. Pero sigo sin ver dónde está.

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