Y cuando todo es lo más parecido a una mierda interminable, la vida te pone en el camino a personas bellísimas que te enseñan y animan a ser un poquito mejor. Es cierto que esto no implica que puedan estar más o menos lejos o las veas cada vez que lo desees. Pero sólo bastará con cerrar los ojos muy fuerte, pensar en la calidez de sus palabras o gestos y respirar profundo para hincharte el alma con una sonrisa (con la suya o con la que te consiguen arrancar).
¿todo pasa por un motivo?
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