Así de caprichosa es,
que te sorprende un día cualquiera a cualquier hora.
No avisa,
no llama a la puerta,
no pregunta si puede pasar.
Pasa y se instala
entre golpes de martillo,
suspiros de viento,
ventiladores de ordenador
y fotos amarillas.
Da igual el amor que hayas dado
porque habrá sido poco, inadecuado o desperdiciado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario