Ya no soy tu sonrisa.
No lo sé.
Soy la que llena tu sofá algunas noches.
La que calienta el otro lado de la cama.
La extraña.
[Una querida personita me enseñó una vez
que el amor se debe reinventar continuamente,
ser diferente y nuevo cada día.
Tener ganas cada día.]
Ya no me siento tu sonrisa.
Pero el tiempo que te quede libre...
No hay comentarios:
Publicar un comentario