demasiado revolucionaria para ser princesa
08 abril 2013
Capítulo III o de cuando se toca el cielo con las manos
Y toqué el cielo
el día que dormí sobre tu pecho,
con el tic tac de tu corazón,
el calor de tu piel
y el silencio de la complicidad.
Ese día entendí
que las almas se esperan
y se encuentran.
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