01 mayo 2013

Capítulo V



Miré hacia atrás por última vez
para ver cómo el colchón
todavía respiraba nuestro olor.

Y nunca más volví allí.

Pero te dí la mano
y se fueron los miedos. 

Y cambiamos de colchones.

Traducía largas palabras de noche
y para descansar, de postre,
tenía tu respiración leve
y tus ojitos.

Y los sueños eran nuestros.





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