22 noviembre 2013

cuando se dan mal los autoperdones


Este es mi perdón - o el intento-  de mí a mí misma. 
Del corazón a la cabeza y de la cabeza al corazón. 
De lágrimas secas porque no se pudo llorar más.
Este es mi perdón, no el tuyo, no hacia ti. 
Este el perdón que me debo desde hace tiempo. 
El perdón por no haberme querido, por haberte llorado, por esperar(te). 

Hace tiempo que me fui, que no sé dónde estoy. 
Hace tiempo que me dejo llevar. 
Que no sé que espero ni de mí ni de nada. 
Que no entiendo tantas cosas...

Este es el intento de perdonarme el seguir esperándote cada noche al bajar del tren, cada mañana en mi almohada, el no buscarte, el buscarte, el esperar que te sientes conmigo a hablar. 

Necesito perdonarme el no querer verte sin que me duela el corazón.

Necesito perdonarme el deseo de borrar estos últimos años. Borrar todo lo bueno porque me duele todo lo malo. Tengo que perdonarme todas las noches en las que lloré a tu lado sin que lo supieras o no quisieras saberlo. Perdonar que me duela tu nombre, la nieve, el viento.

Necesito volver a llorarte. 
Sentir que estoy viva.


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