10 marzo 2014

y eso que se le olvidó contarle sus defectos


Le lloraban las pecas de pena por mirar antiguas fotos y pensar que nadie podría estar nunca a su lado. Volvió a ser una mujer puente a la felicidad ajena y al fracaso propio. Volvió a colgar el cartel de 'reservado' en su corazón y se fue pronto a la cama a leer. 'Mañana será otro día mejor'- se repitió. contó de nuevo los besos, las bocas, las vidas que pudieron ser suyas. Contó los amigos abandonados, las tazas de té, los miedos. 

La ecuación a veces no es tan sencilla como uno quiere. 




Y sin embargo
solos los dos, y unidos por el frío
que apenas roza brillante envoltura
solos los dos en esta pausa
eterna del tiempo que nada sabe ni quiere, pero dura
como la piedra, solos los dos, y amándonos
sobre el lecho de la pausa, como se aman
                                                                            los muertos

Leopoldo María Panero

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