Vaga y Bunda

Vaga era de lo más terrenal. Era la dueña del Rock and Roll. Era un espíritu libre, la de la primera fila en el concierto, la de las pulseras de pinchos, el cd de Extremoduro y las zapatillas rotas. Nada le importaba siempre que sonara buena música de fondo. Dormía en las furgonetas, en colchones en el suelo o donde hiciera falta. No lloraba jamás, no daba muestras de cariño ni decía palabras bonitas. Era el anticristo del amor. Bailaba, bebía y fumaba. Seguía algún que otro blog. Sufría un particular diógenes y una particular anorexia relacionada con la pasta. Jugaba con fuego y se saltaba las normas.

Bunda era muchísimo más espiritual. Era la de la balada lenta de Pereza, la que pasaba largas temporadas en la ducha. Era la que te ofrecía el hombro para llorar y te arropaba en silencio. Era la que dormía con franela y perdía la cabeza por los caramelos de fresa. Bebía té, estudiaba y adoptaba perros. Lloraba si veía llorar, reía si escuchaba reír. Se metía en tu cama cualquier mañana. Era la del vestido de gala y el tacón de aguja. Tenía complejo de Celestina. Era la conciencia social que repartía besitos de cacahuete.

Vaga es mi amiga

y

Bunda es mi hermana.

Muchísimas Felicidades