07 abril 2013

Capítulo II



Me sobrevino una feliz época
de pequeñas cosas.
Me moría por verte,
por hablar contigo.
Sacabas lo mejor de mi.

Pero algo me decía
que yo nunca iba a encajar en tu mundo.
Nunca estaría a esa altura,
en ningún aspecto
y sentido.

Pese al miedo, arriesgué.
Aposté.


Prometiste ser el mejor postor.


No hay comentarios:

Publicar un comentario