Llevaba minifalda y camiseta a rayas
y tras largo rato de música y oscuridad nos pusimos a hablar.
Por alguna extraña razón
tuve las ganas de huir contigo
a donde quisiera que ibas.
Me provocabas enormes sonrisas.
Enormes sueños.
Me llevaste a una pequeña montaña,
lejos de bullicios,
cerca de las estrellas,
y sobre algo enterrado.
Y nos robamos besos.
Nos robamos las almas.
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