21 julio 2009

Una gipaya en pachacha


Superogullosa de mi tete y de mi neusi. Qué andará haciendo mi galleguiña. La habichuelilla no se tuesta al sol. No sé nada de mi farmacéutica.
Los muebles de mi casa no tienen nombre sueco. Las clases en verano son mortales. Hacer que entiendo a una brasileña durante dos horas y media también es mortal. Cualquier cosa en verano aquí es mortal. Y me gustaría volver a verte, pero deshecho la idea de salir a buscarte porque perfectamente, como dice Sabina, sé que corro el riesgo de encontrarte;) y no es plan de acosarte. El autobús a la playa sale del andén 4. Y mi llamador sigue sin funcionar. Aunque por lo menos el misterio de la aspirante está resuelto.
Los cascos tienen luces. Las gafas son de ‘mari’. No sé nada de ti. El vecino no me deja robarle internet. Enjuto ya estaría muerto en mi lugar. Folloneramente yo. El laberinto de la rosa es muy espeso y me gustaría verte. La tortuga también se llama Rocky.
Bridget Jones es yo o yo debo ser ella. No recuerdo el nombre de la aceituna. ¿Y si te llevo chucherías?
Hoy hace un año que te fuiste para no volver. Increíblemente te echo mucho de menos. No debiste marcharte. Papá te echa mucho de menos también. Desde que no estás todo sale mal. Me pregunto si desde donde estás se ve todo. Todo era crónica de una muerte anunciada y nadie me dijo nada.
Otra entrada sinsentido. Un batiburrillo de tontería. Una espiral de tontuna.

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